Clases de canto online o presenciales

Curso individual para aprender o mejorar técnicas para cantar

Inicialmente, aprender a cantar puede resultarte un camino angosto ya que no sólo tendrás que estar pendiente de tu cuerpo, de tu voz, la letra, el tono y la melodía. También irás perfeccionando las técnicas aprendidas, aplicarás otras nuevas y descubrirás que la clave del canto radica en hacerlo de la forma más natural posible. Todo un reto, ¡pero nada imposible si nos lo proponemos y trabajamos en equipo!

Desde los cinco años, no he dejado de cantar un solo día. Con esto quiero decirte que hay que practicar, y cuanto más mejor. Las clases de canto son bastantes parecidas al gimnasio: ¡a más entreno, más en forma! Por ello es importante ser constante y saber que, si hace tiempo que no cantas, los conocimientos que habías adquirido previamente los has perdido. Sólo se trata de volver a establecer una rutina para poder seguir avanzando en tus técnicas de canto.

Además de todo esto, para cantar bien deberemos tener en cuenta otros aspectos con los que puedes llegar a impresionar a tu público y ¡sólo se trata de perfeccionarlos! Son el registro vocal, la técnica, el sentimiento, la afinación, el ajuste del volumen, el timbre, la musicalidad, la interpretación, la autonomía, la personalidad y actitud en el escenario. Todos ellos se pueden trabajar para que tu voz y tu canto lleguen más allá.

En cuanto al registro vocal, lo más importante es entender que para cada sonido se necesita una musculatura específica y un proceso fonal distinto. Es decir, ¿verdad que para saltar usamos las extremidades inferiores y los músculos apropiados? Pues para cantar también. Así, para los grandes agudos pondremos en marcha la fonación nasal y laringe estirada. En cambio, la resonancia pectoral, la musculatura trasera fonal y un gran contacto plego-vocal darán lugar a grandes graves. Todos estos conceptos, quizás inteligibles al principio, son la clave porque una vez se han comprendido facilitan la hoja de ruta de cómo cantar y ayudan a la consecución exitosa del sonido.

La técnica de voz no es más que el ajuste de las diversas musculaturas a concatenar que precisamos para cantar y realizar los sonidos necesarios. Para obtener un buen sonido y el resultado deseado, deben ensamblarse tres aparatos: respiratorio, fonal y resonador. Y esto dará lugar a 5 técnicas distintas: la voz de pecho, la vox mixta, la voz de cabeza, flageolet o voz de flauta y wistle tone o voz de silbido.

Respecto al sentimiento musical, se suele pensar que se produce de modo músico-mágico y esto está completamente alejado de la realidad. Te cuento el motivo: las emociones podemos sentirlas (o no) y aun así podemos reproducirlas. Es decir, existen procesos con los que copiar las variaciones que experimenta la voz según el sentimiento, pero sin sufrir el desgaste que provoca la emoción en sí.

La afinación de la voz es una cuestión de práctica. Así que dejemos de pensar que se tiene o se carece de ella. Simplemente hay personas que precisan de más práctica para reproducir el tono de voz deseado y hay otras, que lo repiten a la primera.

El ajuste de volumen de la voz está directamente relacionado con la tensión y la cantidad de músculos implicados en la producción del sonido. Y como otros de los aspectos que te he contado, también lleva a error: cantar fuerte no quiere decir cantar bien. A veces, es solo chillar. Y es que el volumen también se aprende y regula en el canto. Normalmente el proceso que se sigue es el siguiente: se canta flojo y luego se pasa a sonido estridente, hasta que se logra dominar el volumen del sonido a voluntad.

El timbre es la calidad y manera en la que se produce el sonido. Y aquí, también entra en juego la musculatura. No tanto, el uso que hacemos de ésta sino el aislamiento de cada una de ellas para conseguir el resultado final.

La musicalidad es el ensamble entre la música vocal que producimos y el acompañamiento instrumental que suena o el estilo que se emplee para interpretar una pieza.

La interpretación es la capacidad de dar sentido musical y emocional a nuestro tema, ya sea con la voz o con un instrumento.

La autonomía es la capacidad que nos permitirá interpretar una pieza, independientemente de nuestro estado de ánimo, lo que podamos notar o sentir. Es ser capaz de cantar en modo automático, sin atender a nuestras circunstancias.

La personalidad en el escenario es el sello de cada uno de nosotros, personal e intransferible. De tal modo, que siempre habrá infinitas maneras de vivir y disfrutar a la hora de cantar una misma canción y ¡todas serán válidas!

Si llegaste hasta aquí, quizás pienses que cantar sea realmente complicado y que es casi imposible que domines todos estos aspectos para conseguir una voz brillante. Pues bien, te contaré que son ya 18 los años que llevo dedicado a la docencia musical y que me he llevado auténticas sorpresas. Eso sí, siempre y cuando la persona esté dispuesta a divertirse y pasárselo bien, mientras aprende. Dejando de lado exigencias innecesarias que nos pueden llevar al desánimo y al abandono de las clases de canto.